Y dónde estaba la mamá?
- Vero Fourzán
- Mar 4, 2018
- 3 min read
La maestra de la escuela nos mandó a llamar porque mi hijo está pegando en el salón de clases. A decir verdad está pegando en casa también, así que es un tema que es prioridad para mi esposo y para mí sobre todo porque nos preocupa mucho que tenga algún enojo atorado que no hayamos sabido desatorar o que esté reflejando algo de la casa que no le cuadre.
Desde que nació su hermanita ha tenido meses difíciles, eso aunado a varios cambios en su vida (de ciudad, de escuela, de casa, etc) y ahora que su hermana ya camina y requiere más atención, se ha intensificado su conducta agresiva. Desde hace unas semanas un día se la surte a ella y otro día me surte a mí o a alguien en la escuela y pocas, muy pocas veces regresa a contarme que "hoy no pegó" solamente para pegar más tarde a la primera que la hermana se acerca a sus juguetes o que yo le digo que no a algo.
Así que la solicitud de entrevista de la maestra no me sorprendió, al contrario, la agradecí. Lo que sí me sorprendió fué que la maestra abrió la conversación diciendo, algo más o menos así: La mujer sabia es capaz de construir una familia fuerte y feliz; la mujer que no es sabia, es capaz de destruirla.
Me asusté muchísimo. ¿Acaso estoy destruyendo a mi familia?
Le dije, con una culpa terrible, que si me había estado sintiendo cansada y menos tolerante con el. Que sentía que muchas veces no sabía cuál era la mejor forma de actuar, muchas veces sentía que me quedaba corta o que se me pasaba la mano y otras literalmente me preguntaba qué demonios se suponía que tendría que estar haciendo.
Ella prosiguió a hablar de la influencia negativa de una mujer que se queja, que discute, que exije constantemente a su marido e hizo incapié en que la única forma en la que una reina puede ser reina, es que tenga consigo a un rey. Honestamente esperaba que nos hiciera un par de preguntas como nuestros métodos de disciplina o si hubo algún cambio drástico en la rutina de casa que pudiera estar afectándole, pero no, nada de eso.
Me quedó clarísimo que para la maestra, si mi hijo estaba pegando, la culpa era mía y solamente mía porque yo no soy una mujer sabia. Y bueno, aqui entre nos, no lo soy; pero de todas formas me dá mucha curiosidad que casi siempre es asi: un niño se porta "mal" y automáticamente la gente pregunta: ¿y donde estaba su mamá? Un niño se cae en la jaula de un gorila en el zoológico y la gente acusa a la mamá de no poner atención, pero ¿y el papá? Atrás están las épocas en que las mamás pasaban más tiempo con los niños, hoy la mayoría de mis amigas con hijos trabaja y pasan las mismas horas que sus esposos con sus hijos o a veces menos, pero de todas formas, invariablemente, cuando sus hijos hacen algo inapropiado la gente comienza juzgándolas a ellas y nadie pregunta por la participación del papá.
Y no, no se trata de repartir culpas. En mi caso, por lo menos, se trata de ayudar mejor a nuestro hijo. Entre los dos, como equipo. Si la maestra hubiera preguntado, hubiera sabido que su papá tenía dos semanas saliendo de viaje constantemente , lo cual - a decir del psicólogo al que consultamos - puede tener que ver, como tiene que ver que los dos tenemos estilos distintos de disciplinarlo y los dos tenemos distintos niveles de paciencia y tolerancia. También tiene que ver cómo discutimos delante de el y como reclamamos las cosas que no nos parecen. Obviamente al ser yo quién mas tiempo pasa con él, debo asegurarme de contar con las herramientas necesarias para acompañarlo en esta etapa de cambios, pero eso no libera a mi esposo de conocer y usar de la misma forma estas herramientas cuando el está presente.
Escuchar a mi esposo decirle al psicólogo que yo hago un gran trabajo con los niños y que admira mi paciencia y mi forma amorosa de hacer las cosas, no solamente ha borrado cualquier vestigio de culpa que quedara en mi corazón, si no además, me ha regresado la confianza que la maestra me quitó y me ha dado la motivación extra para ser una mejor mamá y seguir construyendo juntos, sabiduría aparte, esta familia fuerte y feliz.

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